martes, 5 de mayo de 2015

Reflexión


El trabajo comenzó con una palabra, que en mi caso fue “Comercio”.  Quería optar por un negocio que vendiera cosas que me interesaran, por ello elegí una librería.  A la hora de seleccionar una, me incline por “El ateneo Grand Splendid” debido a que siempre me llamo la atención la arquitectura del lugar.  No fue fácil sacar fotos debido a que al ser un lugar tan conocido caía en el riesgo de sacar fotos de stock. El generar un punto de vista del lugar me costó aún más. En un principio quise destacar la estructura del lugar, pero el concepto de librería se perdía.  Después  me enfoque en los aspectos descuidados  o pocos estéticos fotografiando todo aquello que desentonara con la elegancia de su entorno, pero me fui tan al detalle que ya no se contaba la librería. Luego probé tomar fotografías solo en el sector infantil, eligiendo el punto de vista de un niño, pero más allá de tomar las fotos técnicamente desde la visión de uno, no encontraba una respuesta para decir  en fotos sobre aquello que podría buscar el nene. También intente mostrar la diferencia de lo similar, haciendo fotos de los sectores donde se verifican los precios, pero al no poder sacar las fotos con trípode se me dificultaba realizar un mismo encuadre para estos sectores y así destacar sus diferencias.  El sacar fotos desde el punto de vista de un insecto me gusto porque probé nuevas angulaciones y alturas de cámaras que me mostraron el lugar desde otra perspectiva.   El ejercicio de la maqueta  en la cual uno posee un gran dominio de la misma por su escala,  me hizo desear iluminar esta librería de otra forma, pero lo vi imposible. Después me acorde que se puede cerrar el diafragma y lograr cierta oscuridad, lo cual implemente en mis últimas visitas, en las cuales quise mostrar el punto de vista de alguien angustiado que busca una salida de ese lugar. Decidí trabajar estéticamente con una clave baja y en blanco y negro. La actividad del registro sonoro la hice pensando como un complemento a la serie, es decir, que atreves de los sonidos se genere cierta incomodidad.  El proceso fue muy duro, hubo momentos en los cuales me sentí realmente bloqueada.  No encontrar nada que contar en un lugar tan grande, con historia y en el que tantas personas deciden visitar día a día en verdad fue frustrante.    Las teóricas me ayudaron mucho, en verdad me resultan geniales.  El poder ver el trabajo de grandes fotógrafos me generan motivación por querer aprender y sobre todo seguir haciendo fotos.  Creo que lo importante es seguir intentando, porque a la larga algo tiene que surgir. Las clases prácticas con sus correcciones me ayudan a conocer lo que ve el resto de mis fotografías que a veces no coincide con lo uno piensa que van a percibir y eso me orienta a la hora de seguir con el trabajo y encaminarlo. Me siento conforme con las últimas fotos, siento que reflejan en parte lo que sentí en el proceso, que fue el estar perdida buscando algo que me costó encontrar.

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