El trabajo comenzó con una palabra, que en mi caso fue
“Comercio”. Quería optar por un negocio
que vendiera cosas que me interesaran, por ello elegí una librería. A la hora de seleccionar una, me incline por
“El ateneo Grand Splendid” debido a que siempre me llamo la atención la
arquitectura del lugar. No fue fácil
sacar fotos debido a que al ser un lugar tan conocido caía en el riesgo de
sacar fotos de stock. El generar un punto de vista del lugar me costó aún más.
En un principio quise destacar la estructura del lugar, pero el concepto de
librería se perdía. Después me enfoque en los aspectos descuidados o pocos estéticos fotografiando todo aquello
que desentonara con la elegancia de su entorno, pero me fui tan al detalle que
ya no se contaba la librería. Luego probé tomar fotografías solo en el sector
infantil, eligiendo el punto de vista de un niño, pero más allá de tomar las
fotos técnicamente desde la visión de uno, no encontraba una respuesta para
decir en fotos sobre aquello que podría
buscar el nene. También intente mostrar la diferencia de lo similar, haciendo
fotos de los sectores donde se verifican los precios, pero al no poder sacar
las fotos con trípode se me dificultaba realizar un mismo encuadre para estos
sectores y así destacar sus diferencias. El sacar fotos desde el punto de vista de un
insecto me gusto porque probé nuevas angulaciones y alturas de cámaras que me
mostraron el lugar desde otra perspectiva.
El ejercicio de la maqueta en la
cual uno posee un gran dominio de la misma por su escala, me hizo desear iluminar esta librería de otra
forma, pero lo vi imposible. Después me acorde que se puede cerrar el diafragma
y lograr cierta oscuridad, lo cual implemente en mis últimas visitas, en las
cuales quise mostrar el punto de vista de alguien angustiado que busca una
salida de ese lugar. Decidí trabajar estéticamente con una clave baja y en
blanco y negro. La actividad del registro sonoro la hice pensando como un
complemento a la serie, es decir, que atreves de los sonidos se genere cierta
incomodidad. El proceso fue muy duro,
hubo momentos en los cuales me sentí realmente bloqueada. No encontrar nada que contar en un lugar tan
grande, con historia y en el que tantas personas deciden visitar día a día en
verdad fue frustrante. Las teóricas me
ayudaron mucho, en verdad me resultan geniales.
El poder ver el trabajo de grandes fotógrafos me generan motivación por
querer aprender y sobre todo seguir haciendo fotos. Creo que lo importante es seguir intentando, porque
a la larga algo tiene que surgir. Las clases prácticas con sus correcciones me
ayudan a conocer lo que ve el resto de mis fotografías que a veces no coincide
con lo uno piensa que van a percibir y eso me orienta a la hora de seguir con
el trabajo y encaminarlo. Me siento conforme con las últimas fotos, siento que
reflejan en parte lo que sentí en el proceso, que fue el estar perdida buscando
algo que me costó encontrar.
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