miércoles, 20 de mayo de 2015

Esquicio de recreación: Diane Arbus

Diane nació bajo el cuidado de una familia judia adinerada de Nueva York.  A los 14 años conocio a Allan Arbus de quien se enamora para luego casarse a los 18 años . Allan le enseñó a su esposa el arte de la fotografía y le regaló una cámara Graflex. En los años cuarenta, el matrimonio se dedica a la fotografía de modas en revistas como Esquire, Vogue y Harper’s Bazaar. De 1955 a 1957, Diane Arbus toma clases con la fotógrafa austríaca Lisette Model, quien ejerce una gran influencia.
Sin embargo su obra poco tiene que ver con la fotografía de moda. Sus imágenes se caracterizan por presentarnos a personajes extraños, freaks, como le gustaba llamarlos a Diane. La fotografía de Diane representa lo normal como monstruoso: Provoca que la gente presuntamente normal aparezca como anormal. Rompe la composición, sitúa al personaje en el centro. Su mirada siempre es directa, con tensión y fuerza.Utiliza formatos cuadrados, flash directo, luces duras y busca una nitidez que resulta casi morbosa. Se rebelaba contra lo público, lo establecido, lo normal.
Para ella no existe el momento decisivo, trabaja en continuo espacio temporal y obliga a los retratados a que sean conscientes de que están siendo retratados.
El 26 de julio de 1971, tras una larga depresión, Diane se suicidó. Muchos han interpretado ese suicidio como un símbolo más de que sus fotografías eran auténticas, no se mantenía al margen del sufrimiento de todas esas personas alejadas de la sociedad, se impregnaba con sus historias y por lo tanto, no podía sentirse indiferente sus fotografías se expusieron en la Bienal de Venecia siendo la primera fotógrafa estadounidense en ser seleccionada y después se expuso una retrospectiva de su obra en el MOMA de Nueva York.
No es fácil apreciar las fotos de Arbus. Aunque tengan esa cualidad fascinante que impide al lector alejarse, es necesario dejar a un lado la primera impresión, la trampa inicial, para poder comprender que estas fotografías conforman “un panorama social de retratos constituido por una sensibilidad conceptualmente delicada y cohesivamente crítica.
La obra de Arbus se debe ver también por el enorme impacto e influencia que significó en la fotografía que le precedió. Diane Arbus “podría ser vista como el puente entre el modernismo y el posmodernismo” en fotografía.
Sus fotos reflejan la vida cotidiana, pero donde la fealdad y la distorsión son más comunes de lo que parece. De hecho Diane pensaba que la belleza era la verdadera anormalidad: “la belleza misma es una aberración.”

http://oscarenfotos.com/2014/09/28/diane-arbus-la-princesa-rota/


Elegí a  Diane Arbus porque me interesa su estética que esta enfocada exclusivamente en el retratado, Deja de lado las cuestiones estéticas del encuadre y de una iluminación cuidada para utilizar una frontalidad dura y hasta incomoda que nos enfrenta a la persona. Creo que muestra los aspectos mas reales de los sujetos, buscando retratar su aspecto mas puro y no lo que la sociedad impone que deben ser.

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